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Operación Valkiria. Atentado del 20 de julio de 1944

Posted On 20 Jul 2019
By : Jonathan Alonso Robles Arias
Comment: 0

El atentado del 20 de julio de 1944,  fue el intento de asesinato de Adolf Hitler como parte de un Golpe de Estado basado en la Operación Valkiria, un plan de contingencia diseñado para movilizar  las reservas del Ejército alemán en caso de disturbios civiles o sublevaciones de los trabajadores de las fábricas alemanas. Este fue llevado a cabo por varios miembros de alto rango del Tercer Reich organizados por el Conde Claus Von Stauffenberg.

Aunque hubo una gran planeación detrás del atentado,  Adolf Hitler no falleció, trayendo consigo el fracaso de la Operación Valkiria y llevando a que alrededor de 5 mil personas fueron detenidas y 200 ejecutadas; entre ellas los organizadores de la operación.

La llegada de Hitler al poder

Antecedentes de la Operación Valkiria

Luego de que Hitler consolidase su poder, llevó a cabo una serie de medidas económicas y políticas que finalmente desencadenaron en una guerra, no sólo a una escala europea sino también mundial. Con esto en mente, desde 1938 varios miembros de la Wehrmacht, con el fin de detener los deseos bélicos de Hitler, empezaron a desarrollar conspiraciones para retirarlo del poder, establecer un nuevo gobierno y discutirla paz con los Aliados Occidentales.

Entre aquellos sujetos se encontraba el general Ludwig Beck, miembro del Estado Mayor del Mariscal del campo Erwin von Witzleben, que no encontró mucho apoyo para ejecutar los planes derrocar a Hitler por la indecisión de personajes  del Ejército, como Franz Halder y Walter von Brauchitsch.

Otro fue el coronel Henning von Tresckow, adjunto del Estado Mayor del general Edor von Vock (su tío),  que pensaba que la invasión a la Unión Soviética era una operación que estaba pérdida desde su inicio y la cual conduciría a Alemania a su destrucción.

El coronel Tresckow era un profesional y un gran defensor de los valores prusianos y como muchos apoyó a Hitler, pero ,con el tiempo, se convirtió en un implacable detractor del régimen nazi. En 1943 se convirtió en jefe del Estado Mayor del Segundo Ejército en la sección meridional del Frente Oriental y formó un grupo de resistencia que buscaba derrocar a Hitler .

Luego del fracaso de Barbarroja y la destrucción del Sexto Ejército Alemán de Friedrich Paulus en Stalingrado, Tresckow se mostró dispuesto a asesinar a Hitler,  por lo que busco la colaboración de otros militares y funcionarios, como Ludwig Beck.

Soldado soviético ondea una bandera roja tras el triunfo soviético en Stalingrado en febrero de 1943

Operación Barbarroja

Participación 

Para 1943 Tresckow, con ayuda del General Hans Oster, reclutó al general Friedrich Olbricht, quien dirigía  la Oficina Principal Del Ejército, lugar en el que se controlaba el sistema de comunicaciones que unía las unidades militares de reserva estacionadas en territorio alemán. También se intentó reclutar a Manstein y Gerd von Rundstedt pero estos no apoyaron la trama; incluso Manstein llegó a decir “los mariscales prusianos no se amotinan”. La figura de estos generales pudo hacer del derrocamiento del régimen nazi una acción efectiva y no sólo un mero asesinato.

Para este mismo año, los ánimos de derrocar a Hitler decayeron, pues Tresckow fue trasladado de su puesto y Günther von Klug, quien conocía los planes, fue herido y retirado. Se pensó que toda acción debería suspenderse, hasta que llegó Claus Schenk Graf Von Stauffenberg.

Henning Hermann Robert Karl von Tresckow

La Batalla del Kursk. Operación Ciudadela.

Altos oficiales

Dice Beevor (2012), varios miembros habían sido reclutados a menudo por lazos de parentesco y amistad, o porque habían formado parte del 17.º de Caballería, o del 9.º Regimiento de Infantería de Potsdam, la unidad que había sucedido a la Guardia Prusiana. Algunos personajes no participaron aduciendo que “cambiar de caballo en medio de la carrera” era  demasiado peligroso para Alemania. Otros se ampararon en su juramento de obediencia y no se dejaron convencer por el argumento de que Hitler, con sus actos criminales, había perdido cualquier derecho a exigir lealtad y acatamiento. De hecho, resalta el autor:

Una vez comenzada la guerra, solo el ejército alemán tenía la posibilidad de derrocar a Hitler y al régimen nazi. Sus oficiales tenían acceso al Führer y controlaban unas fuerzas capaces que podían garantizar la seguridad de un nuevo gobierno. En 1938 y a comienzos de la guerra, las tentativas de algunos generales de acabar con la dictadura habían fracasado todas por miedo o por un concepto equivocado del sentido del honor y la obediencia

Como se espera, los altos oficiales iban a ser los más reticentes. Por ejemplo, el Generalfeldmarschall von Manstein, e incluso Günther von Kluge, que tiempo atrás había permitido la creación de un grupo de resistencia que había encabezado Henning von Tresckow en el cuartel general del  Grupo de Ejércitos Centro. Sin embargo, para los conspiradores era  completamente seguro que muchos se unirían a la causa una vez muerto el Führer, como por ejemplo Kluge, que pese a conocer los planes de los conspiradores, no los delató. Lo mismo se pensó de Erwin Rommel, frente al cual se ha generado un gran debate en torno a si conocía o no sobre complot. Se cree que Rommel fue visitado por Karl Strolin -contacto de los conspiracionistas, alcalde de Stuttgart y amigo de Rommel- y este no comunicó a sus superiores. Aún así, Rommel fue herido en un ataque el 17 de julio de 1944, en el cual un Spitfire acribilló a balazos el automóvil en el que viajaba cuando regresaba a La Roche-Guyon tras realizar una visita al frente, por lo que se eliminó efectivamente su participación. También podemos mencionar al Generalleutnant Hans Speidel, quien  se convirtió en uno de los principales conspiradores por sus desacuerdos con las políticas raciales de la cupula nazi.

Cabe mencionar que el plan de Stauffenberg se basó excesivamente en la cadena tradicional de mandos de la Wehrmacht, circunstancia sumamente peligrosa debido a la politización que habían emprendido los nazis en ella. También, aunque es cierto que varios oficiales de alto rango como Rommel, Manstein y Guderian cuestionaron las decisiones militares de Hitler, incluso peligrando sus puestos, estos no buscaban rebelarse formalmente al orden político establecido.

Miembros principales del Atentado del 20 de julio con sus respectivas personificaciones en el film Operación Valkiria

La noche de los cuchillos largos

Rommel

Para el 9 de julio,  el Oberstleutnant Cäsar von Hofacker, primo de von Stauffenberg, visitó al Mariscal  Rommel en La Roche-Guyon y le preguntó cuánto tiempo podían resistir en Normandía los ejércitos alemanes, a lo que respondió aproximadamente unas dos semanas. Esta información fue de vital  para los conspiradores, que sospechaban que se les acababa el tiempo para poder entablar negociaciones con los americanos y los británicos (Beevor, 2012).

Otros detalles de esta reunión, dice Beevor (2012) siguen siendo objeto de debate, pues no se sabe si Hofacker – como sucede con Strolin-  le propuso a Rommel participar en el complot de asesinar a Hitler, y mucho menos si este aceptó; sin embargo, se sabe que Rommel le pidió a Hofacker que redactara una carta dirigida al general británico Montgomery para discutir los términos de una paz.

Erwin Rommel en Normandía.,

El Cañón Dora – Schwerer Gustav

Claus Von Stauffenberg

Stauffenberg  era el tercer hijo de una familia noble profundamente católica, proveniente de la  región de Suaba, ubicada entre Baden-Württemberg y Baviera en Alemania. Como muchos, se sintió atraído por las ideas provenientes del nacionalsocialismo. especialmente sobre aquellas que criticaban el tratado de Versalles y abogaban por unas Fuerzas Armadas mucho más fuertes, pero siempre se opuso al creciente antisemitismo y barbarie del régimen y, para 1942, su oposición contra Hitler se volvió totalmente radical.

En 1937  fue adjunto al Sexta División Panzer la cual formó  parte de la ocupación de los Sudetes de Checoslovaquia, además participó en las campañas de Polonia y Francia, luego participó en la Invasión a la Unión Soviética, donde fue testigo de las matanzas organizadas por las SS, SD, Gestapo  y las Einsatzgruppen.

En 1943 fue trasladado a África, siendo adjunto a una unidad especial de tanques bajo el mando de Erwin Rommel. En este escenario, durante la batalla del paso de Kassering en Túnez, el 7 de febrero 1943, el vehículo en el que se transportaba fue atacado por un avión británico, de cuyo ataque fue herido por metralla, perdiendo el ojo izquierdo, la mano derecha y los dedos meñiques y anular de la mano izquierda, fue trasladado a Múnich para su recuperación.

Luego de la Batalla de Stalingrado, Stauffenberg empezó a dudar de los dotes de Hitler como comandante  y aunque esperaba que su país logrará la victoria, se convenció totalmente de que con Hitler sería imposible de alcanzar. Así, Hitler se había convertido en un peligro para el país y por lo tal había que eliminarlo y construir una nueva democracia alemana.

Luego de que se le diera de alta en el hospital fue contactado con Friedrich Olbricht, el cual le ofreció la posibilidad de unirse a la resistencia, este  no dudó en aceptar  y, para septiembre 1944, conoció las principales miembros de la oposición.

Coronel Conde Claus von Stauffenberg poco antes de su ejecución el 20 de julio de 1944. Color por Marina Amaral.

Tanque Mediano M4 Sherman

Operación Valkiria

No sólo era asesinar a Hitler, sino también apoderarse del Estado alemán, por esta razón se les ocurrió actuar por medio de la Operación Valkiria la cual había sido elaborada por Olbricht y que había sido aprobada por Hitler. Esta consistió en  movilizar el ejército de reserva alemán en caso de graves disturbios,  pero también  podría ser utilizado para neutralizar a las unidades fieles al régimen: por ejemplo las SS y la Gestapo. Al respecto , sobre la operación, resalta Beevor (2012):

[…]la llamada Operación Valkiria, un plan de emergencia concebido originalmente en el frente oriental en el invierno de 1941. En julio de 1943, el Generalmajor Friedrich Olbricht había comenzado a introducir cambios sutiles en Valkiria, para que la resistencia militar pudiera utilizarlo cuando estuviera preparada para actuar. Este plan de contingencia había sido creado para sofocar cualquier intento de sublevación de la mano de obra esclava que trabajaba en Berlín y sus alrededores. Aquel otoño, Henning von Tresckow y von  Stauffenberg añadieron unas órdenes secretas que solo debían ser anunciadas cuandoHitler hubiera muerto. Uno de los aspectos fundamentales era evitar cualquier participación de la SS y asegurar que todas las responsabilidades en lo concerniente al orden interno estuvieran en manos del Ejército de Reserva.
Aun así, aunque asesinaran a Hitler, los miembros de la conspiración no eran del Estado Mayor alemán y por lo tanto no disponían de un mando directo sobre las tropas y además, necesitaban la orden de Friedrich Fromm para ordenar la Operación Valkiria, quien era un oportunista que sólo tomaría la decisión cuando las circunstancias estuvieran a su favor.

Berlin, Bendlersblock, Centro Administrativo del Ejército de Reserva.

Los obstáculos

Expone Beevor (2012), los conspiradores encontraron numerosos obstáculos. Uno de ellos fue que se debía apartar a los oficiales adeptos al Régimen, enviándolos a otros destinos, enseguida se hizo evidente que el Generaloberst Friedrich Fromm, que fue nombrado comandante en jefe del Ejército de Reserva, no era un hombre en el que se pudiera confiar.

Por encima de todo, los conspiradores no se hacían falsas ilusiones. Eran perfectamente conscientes de que eran una reducida minoría sin apenas apoyo popular. En general, el país los consideraría traidores, y la venganza de los nazis contra ellos y sus familias sería atroz (Beevor,2012). Sus principios éticos, resalta el autor, a menudo fruto de sus arraigadas creencias religiosas estaban combinados con posturas políticas conservadoras, incluso varios de ellos habían apoyado a Hitler antes de que lanzara la Operación Barbarroja. Incluso, el tipo de Gobierno que querían para su país tenía muchas más cosas en común con la Alemania prusiana del káiser Guillermo que con una democracia moderna y  iba a ser encabezado por el General Ludwig Beck.

Finalmente, los fundamentos en los que basaron su propuesta de paz a los Aliados carecían completamente de realismo, pues deseaban mantener el Frente Oriental para seguir combatiendo contra la Unión Soviética y conservar algunos territorios ocupados. Sin embargo, resalta Beevor,  aunque todo parecía que estaba contra ellos, sentían firmemente la obligación de erigirse en el bastión moral que pusiera fin a los crímenes del régimen. (2012)

Resultaba particularmente arriesgado todo al respecto del comandante al mando del batallón de la guardia Grossdeutschland en Berlín, Otto Ernst Remer. Remer era un nazi leal, pero  el Generalleutnant Paul von Hase, uno de los conspiradores, superior de Remer, estaba convencido de que iba a acatar las órdenes

Para respaldar el golpe, los conspiradores contaban con la unidad de entrenamiento panzer de Krampnitz y con otros destacamentos de las afueras de Berlín. Pero no tomaron todas las medidas pertinentes para asegurarse las principales emisoras de radio de la capital y sus alrededores cuando se ordenó la Operación Valkiria.

Otto Ernst Remer

Atentados fallidos previos

Para asesinar a Hitler había varios problemas, pues siempre tenía un séquito muy cercano de guardaespaldas de la SS con pistola siempre a la mano, por esta razón, los rebeldes decidieron que la mejor opción para asesinarlo era por medio de una bomba.

El primer plan serio para asesinar a Hitler se desarrolló durante el desastre de Stalingrado,  en 1943, cuando unos explosivos, proporcionados por el almirante Canaris, fueron colocados en el Cóndor Focke-Wulf de Hitler. El detonador falló, probablemente debido al intenso frío, y la bomba, oculta en lo que pretendía ser una botella de Cointreau, fue recuperada por los conspiradores.(Beevor, 2012)

El 11 de marzo de 1944 Axel von dem Bussche intentó llevar a cabo un atentado suicida en una visita de Hitler a una exposición de nuevos uniformes para la Wehrmacht; sin embargo, este no tuvo éxito  puesto que el tren que llevaba los uniformes fue destruido, además el mismo Bussche perdió una pierna en el Frente Oriental

En 1944 se ofreció Rittmeister Eberhard Von Breitenbuch quién iba a acompañar al Mariscal de campo Busch en su reunión con Hitler un 11 de marzo del 44 en Berghof se  ofreció para disparar a Hitler con su pistola, pero en esa oportunidad no pudo acercarsele, ya que no se le permitió entrar.

El Cóndor Focke-Wulf de Adolf Hitler donde se planeó que explotaran las bombas.

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Stauffenberg es elegido

El 1 de julio 1944 Stauffenberg fue ascendido a Coronel y se le nombró jefe del Estado Mayor del General Fromm, esta posición le permitió tener acceso a las reuniones que realizaba el mismo Hitler. Así, de esta forma, Stauffenberg ya no necesitaba ninguna excusa ni buscar a alguien para asesinar a Hitler, ya que podía hacerlo el mismo. Al respecto dijo:

“es hora de hacer algo, pero el hombre que tenga el valor de hacer algo debe hacerlo sabiendo que pasará a la historia de Alemania como un traidor; sin embargo, si no lo hace será un traidor de su propia conciencia”.

Stauffenberg se había convertido en el verdadero líder de la conspiración, también era el único cuya posición le permitía colocar una bomba, aunque con cierto problemas prácticos, pues el Conde tenía ciertos impedimentos físicos  que le dificulta armarla, no obstante, en su calidad de jefe de estado mayor, era el único miembro del grupo de conspiradores que tenía el acceso al cuartel de Hitler. (Beevor, 2012).

Claus von Stauffenberg junto a Hitler.

Los ejércitos más poderosos de la Historia

El atentado

El 7 de junio de 1944 Hitler convocó una  reunión de emergencia  en el Berghof por el desembarco Aliado en Normandía, esta era una oportunidad perfecta para el atentado; el Conde ingresó a la sala de reuniones y de hecho, nadie se atrevió a registrarlo por su condición de discapacitado. En su mochila llevaba paquete con dinamita, pero cuando fue a operar la bomba, sus limitaciones le impidieron accionar el dispositivo para que explotara.

Luego, el 6 de Julio, otra vez en el Berghof, no tuvo éxito  y, el 15 de julio, aunque  se acordó eliminar a Hitler de una vez por todas, tampoco se dio, de acuerdo con Beevor estos fracasaron debido a que:

La mala suerte había frustrado varios intentos, y un perfeccionismo excesivo había impedido coronar con éxito un atentado en la Guarida del  Lobo el 15 de julio. Himmler y Göring no habían estado presentes, por lo que los conspiradores de Berlín dijeron a von Stauffenberg que esperara hasta que las circunstancias brindaran otra oportunidad. Pero como el tiempo se agotaba en Normandía, aquella ocasión sería la última que iban a tener. Todo quedó fijado para el 20 de julio.

Incluso este 15 de julio, Stauffenberg llevo dos cargas de explosivo de plástico, pero estos no explotaron, quizás porque se le permitió entrar solo hasta el final de la reunión, por lo que tuvo poco tiempo accionar el dispositivo

Incluso, en esta fecha, el general Olbricht llegó a dar la orden de la Operación Valquiria y se movilizó el Ejército de reserva, pero a raíz de que Stauffenberg no tuvo éxito,  el  general hizo que pareciera un ejercicio. Finalmente la fecha definitiva para el atentado sería el 20 de julio de 1940.

El 20 de julio de 1944 Stauffenberg y su edecán, el teniente Werner von Haeften, llegaron desde Berlín a La Guarida del Lobo. Stauffenberg llevaba en su maletín dos artefactos explosivos que estallaría en 15 minutos después de ser activados, en medio de la reunión utilizó el pretexto de salir a refrescarse y cambiarse de camisa y, junto a Haeften activaron el dispositivo; lastimosamente, en ese momento fue requerido urgentemente en el salón de mapas, por lo que cerró rápidamente su maletín y no logró activar el temporizador del segundo aparato.

Esto sin duda cambió todo, pues si se hubiera metido el segundo artefacto en el maletín, aun sin la carga, la explosión pudo duplicar su efecto y lo más seguro es que nadie habría sobrevivido en la sala de mapas.

Al volver al salón de mapas Stauffenberg  y Haeften ubicaron la bomba en la pata derecha de la gran mesa, a pocos metros de Hitler, de nuevo  buscaron una excusa para salir , esto nunca llamó la atención de los presentes ya que era muy común en las reuniones.

Cuando se dirigían en el auto, escucharon la gran explosión en la sala de mapas y rápidamente se dirigieron al aeródromo para regresar a Berlín, su edecán tiró el segundo paquete que faltaba, ambos juraban que Hitler había muerto.

Sala de Mapas donde estalló la bomba del Conde von Stauffenberg

Bombas teledirigidas

Se pone en marcha la Operación Valkiria

Mientras tanto en Rastenburg, el  general Erich Fellgiebel bloqueó toda la comunicación con el resto de las unidades a lo largo del país. Al principio todo fue confuso, ya que el mensaje de Stauffenberg  no fue claro. Por esta razón, no era seguro que Hitler estuviera muerto, por lo que los conspiracioncitas tuvieron que esperar a la llegada de Stauffenberg.  Incluso, se vieron obligados a restablecer las líneas de comunicación y retrasar la Operación Valkiria.

Al llegar Stauffenberg, confirmó la muerte de Hitler y se le ordenó a Fromm en el Bendlerblock movilizar el Ejército de reserva, pero este se negaba y dudaba de la muerte . Pese a todo se puso en marcha la Operación Valkiria y los rebeldes pasaron el día  día llamando a la mayoría de los oficiales para concretar su lealtad.

Aunque se había ordenado la Operación Valkiria y exactamente no se sabía si Hitler había muerto, se  encontró amplio apoyo alrededor  de Europa como en Berlín, Praga, Viena, y especialmente en Francia. En este ultima el general Carl-Heinrich von Stülpnagel, jefe máximo en Francia, ofreció tomar el control de París y negociar un armisticio inmediato con las tropas estadounidenses, británicas y la resistencia francesa.

Berlín. Soldados de la Waffen SS siendo desarmados por el Ejército de reserva en el Bendlerblock

¿Cuándo inició la Segunda Guerra Mundial?

Hitler

Luego de la conmoción de la explosión, Hitler, con algunas pequeñas se dirigió a la salida y se tropezó con Keitel, quien lo ayudó a salir del edificio; rápidamente se dirigieron al doctor de cabecera de Hitler, Morell. Más allá de un brazo hinchado y dolorido, algunas ampollas en las manos y  piernas, los tímpanos rotos, no tuvo lesiones que perjudicarán su salud gravemente. Realmente había sobrevivido por la gran robustez de la mesa que lo protegió de la onda expansiva de la explosión.

Pantalones de Hitler después del atentado.

La salud de los líderes de la segunda guerra mundial

El fracaso de la Operación Valkiria

Ya que Fromm se había negado y ponía en duda todo lo que había pasado sobre la supuesta muerte del Führer telefoneó rápidamente a Keitel, el cual le confirmó que este no había muerto. Peso a esto,  la Operación Valkiria había movilizado las tropas de reserva, por lo que  Stauffenberg  intentó arrestar a Fromm, pero fracasó al no ser secundado por otros oficiales.

Himmler conociendo la situación, informó a las SS que pusieran fin al Golpe de Estado y ordenó a las tropas del resto de Berlín que no obedecieran la Operación Valkiria. También, Joseph Goebbles, quien llegó a ser cercado por las fuerzas de reserva de Berlín, estaba tanto de la situación ya que tenía una línea que no había sido cortada, por lo que se hizo cargo de las comunicaciones.

Hitler, ya un poco mejor, telefoneó directamente a Goebbles  a las siete de la noche e hizo los arreglos para que se comunicará con las tropas de reserva de Berlín al mando del mayor Otto Remmer, al cual le exigió reprimir  inmediatamente la revuelta en la capital y detener la Operación Valkiria. Stauffenberg creía que el golpe podía continuar, pero ya era un hecho que todo había fracaso, incluso las órdenes que se habían dado en París para la toma del poder habían sido abortadas cuando el general al mando fue arrestado.

Las Waffen SS – parte 2

El desenlace de la Operación Valkiria

En el Bendlerblock se presentó una lucha entre quienes lo apoyaban a Stauffenberg y quiénes eran leales a Hitler. Este primero fue herido en la lucha y Ludwig Beck, al ver que no había esperanza se suicidó; este fue el primero de los muchos suicidios que se llevaron a cabo en los siguientes días.

A la medianoche Fromm fue liberado y retomó el control, destruyó las huellas de su colaboración con los conspiradores y arrestó a Stauffenberg, Friedrich Olbricht, Albrecht Mertz von Quirnheim y a Werner von Haeften. El mismo día, a las 11 de la noche,  fueron condenados por el mismo Fromm, a pesar de la orden de Hitler de que se debían entregar con vida.

Stauffenberg y sus allegados fueron fusilados a las 0: 10 del 21 de julio en el patio del Bendlerblock. En el momento  Haeften se puso en frente de Stauffenberg, como si quisiera protegerlo, pero no tuvo resultado. El coronel Stauffenberg, en su último aliento gritó:

“viva la santa Alemania”.

Media hora después, Otto Skorzeny irrumpió en el edificio con un batallón de las SS y prohibió toda ejecución hasta determinar quiénes habían participado. Fromm se presentó como el hombre que había enfrentado a los rebeldes, pero fue arrestado y se descubrió que estaba apurado en enterrar los restos de los rebeldes; además, por documentos encontrados en su caja fuerte, en los que describía la nueva forma del gobierno después de la muerte de Hitler, se supo que había participado en la conspiración y fue fusilado en marzo de 1945.

Principalmente, el Golpe de Estado falló no sólo porque Hitler sobrevivió, sino porque se había dejado demasiados cabos sueltos, por ejemplo no habían volado el centro de comunicaciones del cuartel de Hitler, no detuvieron altos dirigentes del Partido Nazi, de las SS y no tomaron todas las medidas pertinentes para asegurarse las principales emisoras de radio de la capital y sus alrededores.

Patio trasero del Bendelerblock, donde fueron ajusticiados los miembros de la conspiración. En el medio se puede observar una escultura que hace parte del Memorial de la Resistencia Alemana en memoria de aquellos que buscaron detener los movimientos nazis en al guerra.

Simo Häyhä – francotirador más letal

Consecuencias

En los meses siguientes la fortaleza psicológica de Hitler empezó aminorar y cayó en la paranoia de tener un nuevo atentado, por tal razón se tomaron medidas extremas para su seguridad, restringir el libre acceso a una persona, seleccionando solamente miembros de la jerarquía nazi y colaboradores  muy cercanos.

Esto influyó directamente en las decisiones que tomaría Hitler como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de Alemania, ya que su ánimo mostró notables desaciertos en las decisiones estratégicas que ordenó a sus fuerzas hasta su muerte.

Además, en la semana siguiente de los atentados y de haberse movilizado la Operación Valkiria se arrestaron cientos de individuos que podían estar cercanos a los rebeldes e incluso a aquellos que presentaban cierta desconfianza de años pasados, como el general Wilhelm Cannaris, que fue arrestado por la gran cantidad de subordinados que participaron en el complot. De hecho, dice Beevor (2012):

La Gestapo y la SS, enloquecidas por hacer justicia y vengarse del ejército y, sobre todo, de su estado mayor, empezaron a detener a todos los involucrados y a sus familiares. En un momento en el que las tropas alemanas se retiraban de todos los frentes, y Hitler responsabilizaba a los«traidores» del estado mayor de los errores que él mismo había cometido en el frente oriental, hasta los mariscales de campo perdieron espectacularmente su autoridad. Para los nazis, supuso toda una victoria en el frente nacional. Su principal prioridad no era «optimizar el esfuerzo de guerra, sino cambiar la estructura de poder  el Reich, en detrimento de las élites tradicionales»

En total hubo 5000 arrestos y 200 ejecuciones de opositores, miembros del clan Stauffenberg, bajo el Sippenhaftung. Incluso Erwin Rommel fue acusado por omisión y se le ofreció la opción de suicidarse y así evitar un juicio público con el resto de sus familiares.

Erwin Rommel en su lecho funerario después de ser obligado a cometer suicidio. Hipócritamente, Hitler le organizó un funeral de Estado. Colour by Benoit Vienne

También, se llevó a cabo una gran represión, no sólo a los mismos opositores, sino también la ocasión se aprovechó para ejecutar a decenas de individuos que no tenía ninguna relación pero estaban identificados como enemigos.

Los cinco hijos y la  esposa la esposa de Stauffenberg se salvaron ya que se las SS que los custodiaban se entregaron a los británicos en el Norte de Italia.  Aunque Stauffenberg fue considerado un traidor junto a los demás implicados, luego de la caída del nazismo, la rendición incondicional de Alemania y  cuando se supo el Holocausto y demás aberraciones,  Stauffenberg y sus allegados fueron considerados como héroes de la República Federal de Alemania.

Como temían los conspiradores, de acuerdo a Beevor,  la mayoría de los alemanes quedó conmocionada por el atentado contra la vida de Hitler en un momento tan crítico de la guerra. Por ejemplo:

En Normandía, por lo visto, los soldados se mostraron más leales, o más cautos, en las cartas que escribieron a los suyos, pero en el frente oriental varios de ellos, especialmente los del Grupo de Ejércitos Centro, se expresaron con mucha más claridad sobre la necesidad de que se produjera un cambio. «Los generales que han organizado el atentado contra la vida del Führer», escribiría un Gefreiter el 26 de julio, «son perfectamente conscientes de que es necesario un cambio de régimen porque para nosotros, los alemanes, la guerra no ofrece esperanzas. De modo que sería todo un alivio para Europa entera si esos tres señores, Hitler, Göring y Goebbels, se marcharan. Con ello se pondría fin al conflicto, pues el hombre necesita que llegue la paz. Cualquier otra cosa es un  burda mentira… No merece la pena vivir si esa pandilla de criminales sigue en el poder»

Placa conmemorativa a los miembros de la conspiración en el Bendlerblock Memorial. Alemania.

Mariscal de Campo Walther Model

Los aliados y la Operación Valkiria

Fuera de Alemania se supo poco del atentado hasta el fin de la guerra, aun así, los Aliados no apoyaron este tipo de movimientos, ya que querían derrotar Alemania militarmente y así evitar que resurgieran ideas de derrota impuesta, como pasó en la Gran Guerra. Además, querían terminar con esa burocracia prusiana que apoyó el ascenso de Hitler. Sobre todo, los occidentales no buscaban generar desconfianzas con Stalin, quien fue receloso frente a acuerdos secretos entre Alemania y los Occidentales.

Pese a lo anterior, lo que pudo pasar si el atentado tuviese éxito,  así como la Operación Valkiria, se desconoce ; pero a lo que más se  apunta es que un nuevo Gobierno pudo negociar una rendición con los Aliados occidentales.

Batallones de tanques pesados alemanes

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Vídeos

Fuentes Consultadas

Articulo creado por: Artyom Trebilcck, Estudiante licenciatura en ciencias sociales Universidad la Gran Colombia para unsigloenguerra.

Beevor, A. (2012). La Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Pasado y Presente.

Fest, J. (2002). Hitler; Berlín .

Fuentes, H. (05 de 05 de 2017). Operación Valkiria: Historia de la audaz conspiración para matar a Hitler. Obtenido de Guioteca: https://www.guioteca.com/mitos-y-enigmas/operacion-valquiria-historia-de-la-audaz-conspiracion-para-matar-a-hitler/

Hernandez, J. (2008). Operación Valkiria. Nowtilus.

Horstmann, H. (2008). Operación Valkiria 20. Julio 1944. Books on Demand,.

Kershaw, I. (2000). Hitler (1936-1945). Barcelona: Ediciones Península.

Sáez, S. V. (12 de 08 de 2017). Operación Valquiria:El atentado contra Hitler. Obtenido de La Vanguardía. Historía y Vida: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/operacion-valquiria-atentado-contra-hitler_11163_102.html

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Ingeniero de sistemas y diseñador de software, fundador, administrador, director y redactor de Un Siglo en Guerra. Apasionado por la lectura, la historia y los conflictos del Siglo XX
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