La Matanza de My Lai. Los factores, la tendencia, el crimen.
El 16 de marzo de 1968, soldados pertenecientes a la Compañía Charlie, 1. er Batallón, 20. a División de Infantería, 11. a Brigada de Infantería Ligera de la 23. a División estadounidense, bajo información errónea en busca de miembros del Viet Cong en la población de My Lai (Son My), en Vietnam del Sur, llevó a cabo una operación que desengendró en la masacre de 504 vietnamitas, en su mayoría ancianos, mujeres y niños. A este hecho se le conoce como la Matanza de My Lai.
Para tratar a profundidad el presente hecho, ofreceremos el contexto y factores que influyeron en su perpetración, para luego dar paso a la descripción del evento en sí.
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Contexto
Estados Unidos, obsesionado por la expansión del comunismo en Asia, luego de la Guerra de Corea, se deslizó paulatinamente hacia la lucha en Vietnam que mantenían los franceses por mantener su colonia. En un principio se dedicó a enviar asesores y armas, pero en 1954 Francia se retiró del escenario después de la derrota en Dien Bien Fu, por lo que Estados Unidos ocupó el vacío dejado y en 1965 envió su primer contingente; no obstante, Vietnam fue su más vergonzosa aventura militar.
Para 1963 Estados Unidos tenía en Vietnam cerca de 23 mil asesores, tres años más tarde sus efectivos ascendían a 184 mil y en 1968, el año de la matanza de My Lai, ya había medio millón de soldados. Empero, Vietnam fue una guerra totalmente diferente, ya que no había frentes definidos ni posiciones que tomar frente a un enemigo difícil de distinguir (Higueras, 2008).
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Un enemigo difícil de distinguir.

Con frecuencia, los soldados estadounidenses apostados en Vietnam, expresaban una conducta temerosa, aprensiva y nerviosa, pues muchos se sentían frustrados e inquietos por el número de pérdidas que sufrían sus unidades como resultado de minas, cazabobos y de su incapacidad para hacer contacto con un enemigo difícil de distinguir (Rielly, 2010). Para solucionarlo, los comandantes de División presionaron fuertemente a las unidades para que fueran más agresivas, mientras fomentaban la competencia entre los soldados, para que hicieran contacto con el enemigo de forma más rápida (2010). .
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Sumado a esto, ante la difícil situación de una guerra de posiciones indefinidas y un enemigo escurridizo, era algo difícil cuantificar las bajas enemigas y, por lo tanto, también la efectividad de las unidades en combate. Por está razón se fijó un indicador de eficiencia de oficiales y unidades respecto a las bajas enemigas (Rielly, 2010). Pero como pasa con cualquier indicador, no se busca cumplir el objetivo, sino mejorar el indicador, en este caso lograr el mayor número de bajas enemigas.
La presión para hacer contacto con el enemigo, la aprensión y frustración, formó una combinación volátil en las unidades estadounidenses que podía estallar en cualquier momento, lo que se suma a que, en Vietnam, frecuentemente el indicador y números de enemigos muertos era mucho más alto que las armas incautadas, mostrando que no todos eran combatientes (Rielly, 2010). Esto se puede observar en las cifras presentadas después de la matanza de My Lai, donde el ejército presentó 120 bajas enemigas, 90 combatientes y 30 civiles, pero solo se encontraron tres armas.
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Odio y miedo
La naturaleza del combate en Vietnam hacia difícil distinguir a los combatientes de los no combatientes. Por ejemplo, el general William R. Peers afirmó:
“en los baluartes comunistas tradicionales y las áreas dominadas por el Vietcong…podía asumirse razonablemente que todos los varones de edad militar eran Vietcong de una u otra forma”
(Rielly, 2010).
No obstante, este no era el caso en todo el territorio de Vietnam, por lo que los comandantes enfrentaron situaciones donde debían considerar la naturaleza del enemigo, cuando se evalúan sus unidades, algo que exigía un notable liderazgo.
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Sumado a esto, uno de los métodos históricamente probados para que los soldados superen el temor de matar a otros es demonizar al enemigo y hacer que los soldados lo odien. De acuerdo con el Teniente Coronel (r) Robert Rielly (2010) del Ejercito de los Estados Unidos, matar por odio es un motivador poderoso, pero puede producir consecuencias involuntarias, puesto que si se condiciona una unidad a odiar al enemigo y matarlo en combate y la unidad encuentra cada vez más difícil distinguir entre combatiente y no combatiente, muy pronto, en la mente de los soldados la población puede llegar a ser el enemigo odiado y de esa forma pueden llegar a ser víctimas de la conducta ilegal. De hecho, en My Lai, los soldados de William Calley – teniente al mando de la sección más involucrada en la matanza de My Lai- pensaban que el enemigo se quedaría en el lugar y que todos los que se encontraban allí debían ser exterminados.
No está de más mencionar que la actitud de varios efectivos pertenecientes al Ejercito de los Estados Unidos respecto a los vietnamitas, estuvo caracterizada por comentarios derogativos o raciales en el que trataban a la población local como seres humanos inferiores o por debajo de los estadounidenses. Por ejemplo, rutinariamente los integrantes de la Compañía Charlie se referían a los vietnamitas como “gooks”,”drinks” o “slopes” (Rielly, 2010).
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Leyes de guerra
Las Leyes de guerra son un conjunto de normas internacionales que establecen lo que se puede y lo que no se puede hacer durante un conflicto armado. Desde el DIH (derecho internacional humanitario) busca preservar un poco de humanidad durante las guerras, para así poder salvar vidas y aliviar el sufrimiento, permitiendo además que sea posible volver a convivir cuando acabe el conflicto armado (CICR, 2016).

No obstante, los involucrados en My Lai no recibieron el adiestramiento adecuado en cuanto a las Leyes de Guerra, la protección de no combatientes ni las reglas de enfrentamiento; algunos soldados no lo recibieron y otros no estaban seguros de haberlo recibido (Rielly, 2010). La falta de adiestramiento sobre las leyes fue resultado del ritmo acelerado de despliegue, la rotación de gran número de veteranos y la continua llegada de nuevos soldados jóvenes a las unidades (Appy, 2003).
Inexperiencia
Todos estos problemas fueron exacerbados por un ambiente donde el comando de la unidad tenia una actitud flexible y ambigua.
Por un lado, la cadena de mando y las órdenes que se transmitían hacia los niveles inferiores de la cadena se fueron modificando o amplificando a partir de órdenes poco claras y no verificables; de hecho, los miembros de la unidad de Calley, creyeron que todo que se encontraba en My Lai debía ser exterminado. También, los subalternos tenían miedo de cuestionar o rectificar cualquier orden superior (Rielly, 2010).
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Por otro lado, los tenientes querían ser aceptados por los soldados de sus pelotones y ser parte del grupo de forma mucho más fraternal, por lo que no tomaron ninguna medida para corregir conductas y comportamientos indeseables, como el odio, comentarios derogativos y desconocimiento de las Leyes de Guerra, así como implementación de políticas y medidas (Rielly, 2010). Estos eran jóvenes inexpertos, como el teniente Calley, quien siendo un oficial poco preparado, sin dotes de mando, sin posibilidades de ascender y ser condecorado, decidió cometer la Matanza de My Lai y presentar a los abatidos civiles como enemigos muertos (2010).
La Matanza de My Lai
El 16 de marzo de 1968 las tropas de Estados Unidos lanzaron una operación en la región de Son My en la búsqueda del 48 Batallón Vietcong, al segundo teniente William Laws Calley le fue asignada la zona My Lai 4. El año anterior, en My Lai, la unidad de Calley tuvo fuertes pérdidas por combates y dos días antes un sargento había muerto y otro quedado ciego por una bomba trampa (Appy, 2003). .
Varios helicópteros llegaron a la zona de aterrizaje y dejaron a los soldados, los cuales se desplazaron al punto de reunión, irrumpieron en los hogares de los pobladores y asesinaron a cuanto pudieron, quemaron sus hogares, mataron al ganado, violaron a las mujeres, incluidas niñas, y a quienes sobrevivieron los llevaron a la acequia (una zanja o canal a cielo abierto construido para el regadío) donde los asesinaron (Appy, 2003). .

De acuerdo con el testimonio de la sobreviviente a la matanza de My Lai, Ha Thi Quy, de 83 años, (como se cita en Higueras, 2008), estaba preparando el desayuno cuando escucharon aproximarse los helicópteros. Su marido e hijo mayor huyeron de inmediato, pero los vieron y fueron inmediatamente asesinados. Luego, los soldados se acercaron a la casa disparando contra los pollos y los patos. La sobreviviente resalta que los civiles no les temían a los estadounidenses, ya que muchas veces venían a su poblado por agua o comida a cambio.
Ha Thi continúa su relato cuando los soldados entran a su casa, donde estaba acompañada por su madre, su hija de 16 e hijo de 6 años . Los soldados les apuntaron y les ordenaron que salieran de su casa, una vecina que no se podía levantar por el miedo fue asesinada en su hogar. Inmediatamente dirigieron a culatazos a Ha Thi – quien estaba embarazada-, su familia y a los demás sobrevivientes la acequia. Allí, todos unieron sus manos rogando que no los mataran, pero los soldados hicieron caso omiso y dispararon a matar (Higueras, 2008).
En el momento vio como sus familiares eran asesinados, vio como a su hija las balas le volaban medio rostro, luego sintió como la impactaron, hasta que se desmayó (Higueras, 2008). Al despertar, vio cuerpos por todos lados, incluidos los de su familia, entre el panorama unos niños estaban buscando entre los muertos a sus padres y les pidió ayuda, la sacaron y le dieron de beber. Después, arrastrándose, intentó llegar a su casa, en su camino vio a jóvenes desnudas muertas, habían sido violadas y luego asesinadas (Higueras, 2008). .

Desde un helicóptero la vieron e intentó ocultarse por temor a que la mataran, al aterrizar, la tripulación del helicóptero la tomó y la llevó a un hospital estadounidense, allí le sacaron las balas, excepto la de la espalda, por no perjudicar su embarazo. Luego fue trasladada a Tra Khuc, un campo de tránsito donde el ejército estadounidense recluía a los campesinos (Higueras, 2008). .
El helicóptero. Libélula de metal.
Otra sobreviviente a la matanza de My Lai, Pham Thi Tuan, de 30 años en 1968, relata que cuando llegaron los helicópteros, lanzando botes de humo, se escondió en un agujero de su hogar, pero fue encontrada y llevada con su hija de 3 años y su padre a la acequia. Allí les dispararon, incapaz de moverse, vio como su padre era asesinado por la segunda ráfaga de disparos, también hubo una tercera (Higueras, 2008). Lo único que pudo hacer fue apretar tanto a su hija temiendo que la asfixiara, al terminar la masacre intentó huir, pero vio como otras mujeres fallaron al ser vistas por los soldados, para luego ser asesinadas. Cuando se fueron los soldados, se escondieron detrás de una puerta; Phan recuerda que volvieron y quemaron todo con la paja del arroz ( 2008). .
Cong Pham, otro sobreviviente y director del museo levantado en el lugar de la Matanza de My Lai, recuerda como, ese 16 de marzo, con solo 11 años, los soldados asesinaron a su familia, madre y hermanos. Después del suceso de la acequia, despertó y fue sacado moribundo de entre los muertos, hoy piensa como unos soldados actuaron de forma tan inmoral e inhumana asesinando niños, bebes, mujeres y ancianos (Higueras, 2008). .

El embargo de exportaciones a Japón. En camino a Pearl Harbor.
Larry Colburnm
Colburnm, de 18 años, fue un militar estadounidense que se enfrentó a sus compañeros para intentar impedir la masacre, fue el único superviviente de la tripulación de un helicóptero -artillero- que se interpuso entre los pobladores y los perpetradores (Appy, 2003). Al respecto, Colburnm relata:
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Tras un largo día, este vendedor se sienta en la mesa de un bar, sorbiendo una Coca-Cola. Una vez más, se le pide que recuerde los acontecimientos del 16 de marzo de 1968, cuando era un artillero de helicóptero que ayudó a evitar algunas de las muertes de My Lai. Su piloto, Hugh Thompson, aterrizó el helicóptero de reconocimiento en el medio de la masacre para proteger a un grupo de aldeanos amenazados por soldados estadounidenses. Thompson y sus dos compañeros de tripulación estaban listos para disparar a cualquier estadounidense que quisiera hacer daño a los vietnamitas. Treinta años después, el ejército de Estados Unidos otorgó a Thompson, Colburn y Glenn Andreotta (que murió en combate unas semanas después de la masacre de My Lai) la Medalla a la Valentía.
(Appy, 2003, p. 269)
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Cobertura de la Matanza de My Lai
Los primeros tres meses de 1968 fueron difíciles y penosos para Estados Unidos en Vietnam, no solo por el número de bajas, sino porque había perdido el apoyo de la ciudadanía para continuar la guerra. Por tal razón no hubo cobertura de prensa directa sobre el hecho y los miembros de la unidad de Calley; de hecho, las investigaciones sobre los hechos se concentraron, de acuerdo con Higueras (2008), en preguntas tales como :
-¿ha participado en alguna matanza?
-No señor
O también
-Sin Comentarios
La noticia fue encubierta por el Pentágono y se maquilló con un informe oficial de 128 miembros del Vietcong muertos, pero fue el tufo de la putrefacción de My Lai que llevó a algunos periodistas al sitio de la masacre, entre ellos Seymour Hersh, quien entrevistó a varios soldados que acusaron a Calley de la muerte de 103 civiles y escribió artículos sobre ellos. No muchas lo aceptaron ni les interesó, pero la noticia se emitió el 13 de noviembre de 1969 y más tarde el Cleveland Plain Dealer publicó fotos de un exfotografo del ejército llamado Ronald L. Haeberle, quien inmortalizó el horror. Haeberle menciona (como se cita en Rielly, 2010) :

“Por casualidad encontré a un grupo de soldados rodeando a esas personas y uno de los soldados estadounidenses gritó, ‘¡Oye, él tiene una cámara!’ Entonces se dispersaron un poco, y me aproximé a ellos y, al mirar el panorama, percibí que la chica estaba un poco asustada y una mujer mayor estaba tratando de proteger a esa pequeña, y la anciana en frente sólo suplicaba, imploraba, y que, otra mujer abrochaba su blusa y mecía a un pequeño en sus brazos. Bien, tomé la foto, yo pensaba que iban a interrogar a la gente, pero justo cuando me alejaba del lugar, escuché disparos, miré sobre mi hombro y vi a las personas caer. Seguí mi camino. En ese momento sólo estaba captando una reacción, pero al reconsiderarlo más tarde en la vida, me doy cuenta que a esas personas las mataron a balazos. Es un sentimiento sobrecogedor que penetra todo mi cuerpo. ¿Pude haberlo evitado? ¿Cómo hubiera podido evitarlo? Eso es una pregunta que, todavía, me hago hoy en día.”
(Rielly, 2010).
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Calley fue juzgado y condenado por los actos de My Lai, aunque solo cumplió una pena de tres años y finalmente fue indultado por el presidente Nixon. Aún con esta burla, la masacre recordaba los hechos perpetrados por los nazis en la IIGM, por tal daba la razón a los pacifistas, quienes sostenían que era una guerra injusta, colaborando a que Estados Unidos perdiera el apoyo de la ciudadanía y finalmente la guerra.
“A pesar de las negaciones y las evasiones, My Lai finalmente resultó ser un punto de inflexión en la actitud de los estadounidenses casi tan significativo como la Ofensiva Tet. Millones de ciudadanos que veían la guerra como una política equivocada o un error trágico comenzaron a considerar la posibilidad de que fuera injusta e inmoral. Ése era el argumento básico de los discursos de las manifestaciones antibelicistas y de los artículos de los periódicos alternativos, pero ahora por primera vez se debatía en las cafeterías de los pueblos pequeños, en las oficinas de los ejecutivos y en las revistas de mayor tirada”
(Appy, 2003, p. 263)
Sobrevivientes a la matanza de My Lai

Resalta la periodista Georgina Higueras (2018), venganza, miedo, inexperiencia y la exigencia por el índice de enemigos abatidos llevó al salvajismo de la Compañía Charlie. Incluso, Calley fue visto con los pantalones abajo y apuntando a la cabeza de una joven que estaba de rodillas ante él.
Operación Chastise. El osado ataque al corazón industrial de Alemania.
En total, en la Matanza de My Lai fallecieron 504 pobladores, todos civiles inocentes. Solo sobrevivieron un puñado, no más de una veintena, entre ellos los que hemos venido resaltando en el artículo. Solo seis volvieron en el sector de la matanza, la comuna rebautizada como Tihn Khe.
Bibliografía
- Appy, C (2003). La Guerra de Vietnam. una historia oral.
- CICR ( 19 de octubre de 2016) ¿Qué son las leyes de la guerra y por qué son importantes? Obtenido de: https://www.icrc.org/es/document/que-son-las-leyes-de-la-guerra-y-por-que-son-importantes
- García, C. (2016). “Les envié a un buen muchacho y le convirtieron en un asesino”. La matanza de My Lai y el despertar de la conciencia estadounidense. Fronterad. Obtenido de http://www.fronterad.com/?q=15331
- Higueras, G. (02 de 05 de 2018). “Mataban a todo el que veían”. El Pais. Obtenido de https://elpais.com/diario/2008/05/04/domingo/1209873153_850215.html
- Rielly, T. C. (2010). La tendencia a cometer crímenes de guerra. Armyupress. Obtenido de https://www.armyupress.army.mil/Portals/7/military-review/Archives/Spanish/MilitaryReview_20100228_art011SPA.pdf
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Artículo escrito por:
Licenciado en Ciencias Sociales, docente de Historia en la educación básica primaria y secundaria, y educación media en Colombia. Jefe editor y redactor en Un Siglo en Guerra.
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