¿Qué llevó a los alemanes a detenerse a las afueras de Dunkerque?
Entre el 26 de mayo y 4 de junio de 1940, se llevó a cabo la Operación Dinamo, la cual logró evacuar a un aproximado de 200 mil soldados británicos, 100 mil franceses y un puñado belgas que habían quedado rodeados por los alemanes en la ciudad de Dunkerque, Francia. A pesar de que los aliados abandonaron todos los vehículos y las armas de su ejército, la operación logró evacuar un gran número de tropas del continente, las cuales, representaron un recurso muy valioso para la defensa del Reino Unido y para operaciones posteriores, como el Desembarco de Normandía.
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Frente a este hecho, han surgido una serie de discusiones en cómo fue posible que la Wehrmacht y sus comandantes, dejasen escapar a tal número de tropas. La narrativa general apunta al juicio de Adolf Hitler por no derrotar de forma contundente a Gran Bretaña, para que este país aceptase un acuerdo de paz. No obstante, este es un juicio que carece de fundamentación, ya que se dejan de lado los factores operacionales que se dieron en las fuerzas germanas y que fueron claves en el desarrollo de los acontecimientos
Contrataque en Arras
La invasión alemana de Francia de 1940, inició el 10 de mayo mediante el Golpe de hoz, desarrollado por el entonces general Erich Von Manstein. La primera fase de esta operación, denominada Fall Gelb o Plan Amirillo, consistió en un avance a través del sur de Bélgica, evitando la Línea Maginot, con el objetivo de cruzar el río Mosa y romper el frente francés en el sector de Sedan.
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Para el 15 de mayo, el frente francés en Sedán había sido derribado y, el 20 de mayo, las tropas germanas, específicamente la 7° División Panzer (Gespensterdivision) al mando de Erwin Rommel, llegaron a la ciudad de Arras. Allí, Rommel tenia ordenes de su superior, Hermann Hoth, de evitar la zona y aislar la guarnición, ya que en el sector se encontraba una importante fuerza británica y, además, el terreno urbano no era favorable para el avance de los blindados. Sin embargo, Rommel ignoró la orden y cargó contra la ciudad, poniendo la operación en serios problemas.

El 21 de mayo, una fuerza improvisada franco-británica, denominada “FrankForce” cargó contra los alemanes en Arras. Pese a que el mando aliado era un caos, la fuerza logró poner en aprietos al 7° Regimiento de Infantería perteneciente a la 7° División y a las tropas de la división SS Totenkopf, puesto que los tanques británicos Matilda superaron las defensas alemanas. Los alemanes se vieron estupefactos al ver como sus tanques y cañones anticarro eran inútiles ante estos blindados.
Pese a ello, la intervención de los cañones antiaéreos FlaK de 88 mm y los Stuka, resolvieron la situación y permitieron rechazar el ataque. Sin embargo, la maniobra de Rommel expuso el flanco derecho, lo que tuvo graves consecuencias, ya que dio la oportunidad a los aliados de entablar contraofensivas, convenciendo a los alemanes de que sus fuerzas eran susceptibles a enfrentar futuros contraataques.
Orden de alto
El 23 de mayo, preocupados por la seguridad del flanco, el general Günther von Kluge, al mando del 4to ejército alemán, con el apoyo del mariscal Gerd von Rundstedt, quien dirigía el Grupo de ejércitos A (donde estaba inmersa la fuerza von Kluge), emitieron una orden de alto, que fue aprobada por Hitler el 24. La orden de alto se vio bien justificada ya que el comandante de Panzergruppe, Ewald von Kleist, informó a Von Kluge que sus fuerzas estaban muy desgastadas y que, por lo tal, le sería imposible resistir un contraataque aliado si no se resolvía la situación en Arras. Von Kleist también informó la situación a Franz Halder, jefe del estado mayor del OKH y, ante ello, Halder le concretó que tenía que esperar antes de avanzar hacia Boulogne y Calais.
Por ello, una vez concretada la orden, el XIX Cuerpo Panzer del general Heinz Guderian (punta de lanza de la invasión) y el XXXXI Cuerpo Panzer del general Georg-Hans Reinhardt, fueron frenadas a tan solo 24 kilómetros de Dunkerque.
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Pausa operacional
Guderian fue de las principales figuras que se opuso a la decisión. Pero, hay que comprender que el deterioro que expone Von Kleist no es de extrañarse, puesto que la Blitzkrieg exigía un altísimo desgaste de material. Por ello, hay que resaltar que las divisiones panzer avanzaron tan rápido que dejaron atrás a las unidades de suministro, como de combustible y de mantenimiento. Cerca del 80% de estas unidades eran hipomóviles (tiradas por caballos), por lo que les fue imposible seguir el paso de las unidades mecanizadas y por lo tal de abastecerlas exitosamente. A ello se suma que este rápido avance también dejó rezagada a la infantería, a un aproximado de tres días y sin la cual los panzer eran vulnerables en sus flancos.
Por estas razones, la orden de alto también fue una necesaria pausa operacional para suministrar y reparar de nuevo a las unidades mecanizadas, puesto que un 60% de los blindados estaban descompuestos y la gran mayoría con las reservas de combustible al mínimo. Esta fue una posición que von Rundstedt defendió hasta el 27 de mayo, cuando, tras discutirlo con Hitler, decidió cancelar la orden de alto.
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Una batalla a evitar
La evacuación de Dunkeruqe inició oficialmente el 26 de mayo y, pese a que el avance se reanudó, el 29 de mayo Von Rundstedt, Von Kluge, Von Kleist y Guderian, deciden evitar una batalla en la ciudad que pudiese causar altas perdidas en las fuerzas blindadas. Esto se deba a que las calles y las casas limitan enormemente la movilidad de los tanques y sus maniobras envolventes; un terreno urbano es poco favorable para la Guerra Relámpago.
Hay que recordar que las bajas para los alemanes no habían sido pocas y aun faltaba la segunda fase de la invasión a Francia, Fall Rot o Plan Rojo, un asalto renovado hacia el sur. También hay que recordar que en Dunkerque no se encontraba una fuerza reducida, al contrario, había un aproximado de 400 mil soldados profesionales de los ejércitos más fuertes del momento, los cuales podían ser suministrados vía mar e iban a luchar ferozmente. Esto sin contar que poseían un gran número de armamento eficaz para posiciones defensivas, como los tanque Matilda y una amplia variedad de cañones anticarro que hacían de la urbe una trampa mortal.
Es claro, que, para Von Rundstedt, el enfrentar a las divisiones panzer a una lucha urbana en Dunkerque, era una apuesta muy arriesgada que pudo traer serias consecuencias al desarrollo de la campaña y, por lo tal, era mucho mejor continuar de acuerdo con el plan de invasión. Recordemos, por ejemplo, que, durante el Asedio de Varsovia en 1939, la 4° División Panzer sufrió altas perdidas en los combates urbanos al sur-occidente de la ciudad, por el barrio de Ochota. Y ello, resaltando que las fuerzas polacas eran mucho más inferiores en número, tanto frente a los alemanes durante la batalla misma, como en su proporción con las tropas apostadas en Dunkerque.
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¿Una propuesta de paz?
Se ha llegado a afirmar que Hitler estaba listo a hacer la paz con Inglaterra sobre las arenas de Dunkerque. De allí, la narrativa general considera que la acción de detener las fuerzas germanas a las afueras de Dunkerque fue más un acto simbólico de Hitler para obtener un acuerdo con los británicos. Sin embargo, para que esta afirmación sea correcta, sería necesario que el mismo Hitler hubiese sido quien tomara la decisión de detener las tropas a las afueras de la urbe, pero como vimos en el relato anterior, este personaje tuvo poca, por no decir nula decisión, en los acontecimientos que tuvieron lugar entre el 23 y 28 de mayo de 1940. La decisión de tal acto, recayó en los personajes que ya vimos, como Von Rundstedt y Von Kluge, los cuales actuaron de la forma más correcta posible.
Ante la decisión de Von Rundstedt, se dejó a la Luftwaffe la tarea de acabar con la resistencia en Dunkerque. Ello resultó ser inútil, pero permite reconocer un factor clave y que, de hecho, resulta inconsistente frente a la narrativa de un acuerdo de paz, ¿Cómo lograr tal acuerdo cuando los aviones de la Luftwaffe continuaron atacando cruelmente los buques de evacuación? ¿No fue mejor, detener tales operaciones aéreas para que los británicos viesen la iniciativa de los alemanes por la paz? Allí, encontramos una gran inconsistencia en la narrativa.

Anotaciones finales
Aun así, es importante mencionar que la derrota franco británica en 1940, fue un hecho que solo fue posible por la negligencia, falta de comunicación e insuficiencia de los mandos aliados. El “Milagro” Dunkerque, solo representó el punto culminante de estas falencias, puesto que, en vez de reorganizar sus fuerzas y emprender una defensa exitosa en toda Francia, los francos británicos optaron por tomar medidas ciertamente cobardes, la misma evacuación es una de ellas y más tarde, la rendición francesa.
De hecho, esto resulta extraño, puesto que, en Francia, gran parte del ejército francés estaba en capacidad de combate, por más mal equipados que estuviesen sus soldados y, en el mar, había una flota británica que podía asegurar el suministro de las tropas. Por ello, precisamente fue que los comandantes alemanes, como los ya mencionados, fueron incrédulos ante el rápido declive de las fuerzas aliadas. A “grosso modo”, no se esperaban que los ejércitos más capaces y numerosos del mundo sucumbiesen tan rápido. Muchos también esperaban un inesperado y fulminante ataque aliado que los parara en seco y, precisamente por ello, fueron tan precavidos después del Contraataque en Arras.
El Radar. Dispositivo de detección por ondas electromagnéticas.

Fuentes Consultadas
- Atenas Editores Asociados. (2012). Blitzkrieg vs Batalla Profunda. Atenas Editores Asociados.
- Cartier, R. (1951). Los secretos de la guerra. Revelados por Nuremberg. Bogotá: Imprenta del comando general de las fuerzas militares.
- Frieser, K. (2005). The Blitzkrieg Legend (English trans. ed.). Annapolis, MD: Naval Institute Press.
- Hastings, M. (2012). La Guerra de Churchill. Barcelona: Crítica.
- Haskew, M (2011). Orden de batalla. Fuerzas aliadas occidentales en la II Guerra Mundial. Madrid: Libsa.
- Philip, M (2002). Mythos Rommel. Berlin: List Verlag.
- Geoffrey, S(2008) Dunkirk and the Fall of France. Barnsley: Pen & Sword Military.
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Artículo escrito por:
Licenciado en Ciencias Sociales, docente de Historia en la educación básica primaria y secundaria, y educación media en Colombia. Jefe editor y redactor en Un Siglo en Guerra.
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